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sábado, 4 de mayo de 2013

Juan 6, 60-69


Texto Bíblico:
Muchos de los discípulos que lo oyeron comentaban:- Este discurso es bien duro: ¿Quién podrá escucharlo?  Jesús, conociendo por dentro que los discípulos murmuraban, les dijo:- ¿Esto los escandaliza? ¿Qué será cuando vean al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es el que da vida, la carne no vale nada. Las palabras que les he dicho son Espíritu y vida. Pero hay algunos de ustedes que no creen. Desde el comienzo sabia Jesús quienes no creían y quién lo iba a traicionar. Y añadió:- Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede.
Desde entonces muchos de sus discípulos lo abandonaron y ya no andaban con él.
Así que Jesús dijo a los doce:- ¿También ustedes quieren abandonarme? Simón Pedro le contesto:- Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna. Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el consagrado de Dios.

Comentario:
Un mesías rey dominador, está destinado al fracaso (“carne”); el Mesías que da su vida para comunicar (Espíritu) lleva al éxito su empresa.
Los términos carne y Espíritu reflejan dos concepciones del hombre y en consecuencia de Jesús y su misión: carne es el hombre no acabado, sin capacidad de entrega y sin vida definitiva;   Espíritu, es el hombre nacido del Espíritu, capaz de entregarse por los demás y que posee vida definitiva, es este ultimo el único capaz de crear un mundo nuevo.
El encuentro con Jesús se realiza en el don del Espíritu, que el Padre concede. A pesar de la explicación, hay muchos  que abandonan a Jesús, definitivamente ser una Eucaristía viviente se vuelve insoportable para muchos de los que siguen a Jesús. Tal vez sea, porque muchos discípulos esperaban un Jesús triunfalista y no crucificado, porque no comprendían la muerte como una opción de amor por los demás. La pregunta a los doce es la misma  que Jesús hace a los cristianos de hoy: ¿También ustedes quieren abandonarme?
Orfa
(20/04/2013)

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