Texto Bíblico:
Muchos
de los discípulos que lo oyeron comentaban:- Este discurso es bien duro: ¿Quién
podrá escucharlo? Jesús, conociendo por
dentro que los discípulos murmuraban, les dijo:- ¿Esto los escandaliza? ¿Qué será
cuando vean al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es el
que da vida, la carne no vale nada. Las palabras que les he dicho son Espíritu
y vida. Pero hay algunos de ustedes que no creen. Desde el comienzo sabia Jesús
quienes no creían y quién lo iba a traicionar. Y añadió:- Por eso les he dicho
que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede.
Desde
entonces muchos de sus discípulos lo abandonaron y ya no andaban con él.
Así
que Jesús dijo a los doce:- ¿También ustedes quieren abandonarme? Simón Pedro
le contesto:- Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna.
Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el consagrado de Dios.
Comentario:
Un
mesías rey dominador, está destinado al fracaso (“carne”); el Mesías que da su
vida para comunicar (Espíritu) lleva al éxito su empresa.
Los
términos carne y Espíritu reflejan dos concepciones del hombre y en
consecuencia de Jesús y su misión: carne es el hombre no acabado, sin capacidad
de entrega y sin vida definitiva; Espíritu,
es el hombre nacido del Espíritu, capaz de entregarse por los demás y que posee
vida definitiva, es este ultimo el único capaz de crear un mundo nuevo.
El
encuentro con Jesús se realiza en el don del Espíritu, que el Padre concede. A
pesar de la explicación, hay muchos que
abandonan a Jesús, definitivamente ser una Eucaristía viviente se vuelve
insoportable para muchos de los que siguen a Jesús. Tal vez sea, porque muchos
discípulos esperaban un Jesús triunfalista y no crucificado, porque no
comprendían la muerte como una opción de amor por los demás. La pregunta a los
doce es la misma que Jesús hace a los
cristianos de hoy: ¿También ustedes quieren abandonarme?
Orfa
(20/04/2013)
(20/04/2013)
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