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sábado, 4 de mayo de 2013

Lucas 24, 35-48


Texto Bíblico:
35  Ellos por su parte contaron lo que les había sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
36  Estaban hablando de esto, cuando se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: - La paz esté con ustedes.
37  Espantados y temblando de miedo, pensaban que era un fantasma.
38 Pero él les dijo: -¿Por qué se asustan tanto? ¿Por qué tantas dudas? 39 Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean, un fantasma no tiene carne y hueso, como ven que yo tengo.
40 Dicho esto, les mostró las manos y los pies. 41 Era tal el gozo y el asombro que no acababan de creer, entonces les dijo: -¿Tienen aquí algo de comer?
42 Le ofrecieron un trozo de pescado asado. 43 Lo tomó y lo comió en su presencia. 44 Después les dijo: - Esto es lo que les decía cuando todavía estaba con ustedes: que tenía que cumplirse en mí todo lo escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
45 Entonces les abrió la inteligencia para que comprendieran la Escritura. 46 Y añadió: -Así está escrito: que el mesías tenía que padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día; 47 que en su nombre predicaría penitencia y perdón de pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén. 48  Yo les enviaré lo que el Padre prometió. Por eso quédense en la ciudad hasta que sean revestidos con la fuerza que viene desde el cielo.

Comentario:
La comunidad de los apóstoles fue convenciéndose poco a poco de la resurrección del Señor. Pero fue  necesario que el mismo Señor les recordara las Escrituras, para señalarles que todo lo escrito en  ley de Moisés, en los profetas y en los salmos, se cumplía  en él, y nuevamente utiliza un signo, el de la comida.
Nuestras comunidades corren el peligro de ver a Jesús como un “fantasma”, cuando se centran en si mismas, realizan diversas  acciones de servicio  sin Jesús en el corazón, tienden a figurar,  a preocuparse de su propio bienestar y no se abren a la recepción de nuevos hermanos. Y la comunidad sin Jesús desaparecerá.
Para evitar este visión fantasmagórica de Jesús debemos conocer y estudiar la Palabra y hacerla vida, y así Jesús estará siempre con nosotros, permitiéndonos crecer en la fe  y en la fraternidad.
Marité
(04/04/2013)

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