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domingo, 16 de diciembre de 2012

Marcos 12, 38-44 (11-noviembre-12)


Texto Bíblico:
Y él, instruyéndolos, dijo:- Cuídense de los letrados, les gusta pasear con largas túnicas, que los saluden por la calle, buscan los primeros asientos en las sinagogas y los mejores puestos en los banquetes. Con pretexto de largas oraciones, devoran los bienes de las viudas. Ellos recibirán una sentencia más severa.
Sentado frente a las alcancías del templo, observaba como la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llego una viuda pobre y echo unas moneditas de muy poco valor.
Jesús llamo a los discípulos y les dijo:- Les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todo los otros. Porque todos han dado de lo que les sobra; pero esta, en su indigencia, ha dado cuanto tenia para vivir.

COMENTARIO
Los letrados o maestros de la ley eran apreciados y respetados por el pueblo. Sin embargo, Jesús los denuncia por hipócritas, corruptos y estafadores, que se aprovechan de la fe del pueblo para favorecer sus mezquinos intereses.
Jesús llama la atención a los discípulos de hoy para que no nos dejemos engañar por las apariencias, pues Dios lo que menos ve son nuestros ropajes, lo que más le interesa es nuestro interior.
Los discípulos, hombres sencillos y pobres estaban tan asombrados por las grandes donaciones que hacían los ricos, que pasaron por alto el gran sacrificio de la “viuda pobre”, que por esa doble condición estaba relegada al grupo de los marginados y excluidos, a Jesús no se le escapa el gesto tan valioso de esa mujer.
Lo que debemos dar es algo que  cueste alguna cosa (atención, tiempo, lealtad, fidelidad, respeto, etc.) Aunque el dinero también es importante, no basta dar de lo que tenemos en abundancia, sino dar de aquello que no queremos prescindir, de aquello que sin darnos cuenta nos hemos atado y somos esclavos. Si hacemos eso, el don de la misericordia llegará como un don precioso a los ojos de Dios.
Orfa

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