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domingo, 16 de diciembre de 2012

Lucas 17, 1-6 (12-noviembre-12)


Texto Bíblico:
A sus discípulos les dijo:- Es inevitable que haya escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Más le valdría que le ataran en el cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
Estén en guardia: si tu hermano peca, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo. Si siete veces al día te ofende y siete veces vuelve a ti diciendo que se arrepiente, perdónalo.
Los apóstoles dijeron al señor:- Auméntanos la fe. El Señor dijo:- Si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a [esta] morera: Arráncate de raíz y plántate en el mar, y les obedecería. 

COMENTARIO
Los que provocan los desacuerdos, las discusiones, los atropellos por querer ser siempre los primeros, que realizan malas gestiones, por falta de tiempo o por desorganización, pero que igual le echan la culpa a otros, los que no permiten que otros muestren sus habilidades. ¿Debemos estar perdonándolos siempre? “Mi papa decía, que la primera vez era gracia  y que lo demás eran leseras”.
Lo que Jesús nos dice es que debemos ser soldados valientes y así como debemos anunciar el evangelios, también debemos denunciar al que no lo está haciendo bien, pero debemos hacerlo en presencia de este, para que no continúen los malos entendidos ¿De qué sirve un soldado cobarde? Como Dios el discípulo  debe dar en abundancia (así como la viuda) todo lo que tiene, su amor. Su preocupación, la ternura, su comprensión, su tiempo, es así como se debe vivir en la familia y en las comunidades cristianas, animadas  por el Espíritu Santo.
“Más le  valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar” Eso dice Jesús, pero de lo que se trata es erradicar todo aquello que crea confusión a quienes apenas han comenzado su camino de fe (Los que él llama pequeños) y se encuentren con que el ambiente interior de la comunidad es más nocivo que el ambiente de donde provienen y todo con una fachada de evangelio, comunidad de vida o con disfraz de seguidores de Jesús.
“Aumenta nuestra fe” suplican los discípulos, ¿es lo mismo que pedimos hoy nosotros? No es posible mantener la paz en la familia ni en la comunidad si no nos esforzamos en practicar la paciencia mutua.
También es importante mantener un lenguaje apropiado, tener paciencia es más grato cuando hay respeto y no olvidemos reconocer el trabajo de los demás, eso nos anima a continuar con alegría.
Orfa

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