Texto Bíblico:
Supongamos que uno de ustedes tiene un sirviente arando o cuidando
los animales, cuando este vuelva del campo, ¿le dirá que pase enseguida y se
ponga a la mesa? No le dirá más bien: prepárame de comer, ponte el delantal y
sírveme mientras bebo, después comerás tú.
¿Tendrá aquel señor que
agradecer al sirviente que haya hecho lo mandado? Así también ustedes: cuando
hayan hecho todo lo mandado, digan: Somos simples sirvientes, solamente hemos
cumplido con nuestro deber.
COMENTARIO
Estas tres instrucciones tienen un denominador
común: el servicio al reino, que solo es posible desde la fe. (Una manera de
ver el mundo como Dios lo ve)En el servicio al reino, que es la búsqueda e
instauración de una sociedad más justa. (Una forma de servir fuera de lo común)
solidaria, fraterna e igualitaria, pero igual, nadie está exento de desviar el
camino y asumir actitudes contrarias a los valores del reino.
Cuando una obra sale adelante y comienza a
producir frutos de solidaridad, justicia y amor, es el Señor quien allí actúa y
no la capacidad y diligencia de los
servidores. El ministro, el servidor, el apóstol y el discípulo deben reconocer
que su lugar está entre los hermanos y no usurpando el del Señor y Maestro.
Todos los que prestamos algún servicio a la
Iglesia debemos estar consientes de que el ministerio no ha sido instituido en
orden al engrandecimiento o lucimiento personal, sino al mayor conocimiento y
crecimiento de la comunidad. Si todos los hombres y mujeres pudiéramos ver a
través del Espíritu Santo reconoceríamos que Señor tenemos, cambiaríamos
enteramente: los ricos menospreciarían sus riquezas; los sabios, su ciencia;
los gobernantes su poder y su prestigio etc. Así todos viviríamos en una
profunda paz y reinaría en la tierra un gozo grande. Eso se conseguirá el día
en que todos nos interesemos en estudiar y conocer la palabra de Dios.
Pregunten en su entorno ¿Quién lo hace? Y verán que somos pocos.
Orfa
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