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domingo, 9 de diciembre de 2012

Lucas 14, 12 – 14 (5-noviembre-12)


Texto Bíblico:
12 Al que lo había invitado le dijo: -Cuando ofrezcas una comida o una cena, no invites a tus amigos o hermanos o parientes o a los vecinos ricos; porque  ellos a su vez te invitarán y quedarás pagado. 13 Cuando des un banquete, invita a pobres, mancos, cojos y ciegos. 14 Dichoso tú, porque ellos no pueden pagarte; pero te pagarán cuando resuciten los justos.

COMENTARIO
Contra una invitación interesada Jesús propone una invitación desinteresada.
El Señor dice: “Cuando des un banquete invita a pobres, mancos, cojos y ciegos”. Es decir, personas que no puedan devolver la invitación
En esa época nadie  hacía esta clase de invitación, y hoy  tampoco.
¿Qué nos quiere enseñar con esta respuesta?
Si damos “algo” esperando que nos devuelvan el gesto, y si no lo hacen, nos amargamos, criticamos y nos enojamos con los que pretendemos ayudar, no es gratuidad. Tampoco es gratuidad, cuando damos “algo” en público, por ejemplo, un cheque, si bien es cierto va en ayuda de los necesitados;  pero nos pagamos con los honores públicos.
En cambio, si damos “algo”, sin esperar retribución, nos sentimos contentos, felices, porque hemos entregado “algo” gratuitamente, y en beneficio de otros.
¿Qué podemos dar a nuestros hermanos necesitados?
Tiempo para escuchar,  una  ayuda oportuna, visita a un enfermo, atención al otro, una  invitación a una persona que esté sola, comprensión, etc.
Los cristianos no buscan  honor ni privilegios;  al hacer  el bien, no  buscan recompensa,  porque la recompensa  la dará Dios
Marité

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