Texto Bíblico:
12 Al que lo
había invitado le dijo: -Cuando ofrezcas una comida o una cena, no invites a
tus amigos o hermanos o parientes o a los vecinos ricos; porque ellos a
su vez te invitarán y quedarás pagado. 13 Cuando des un banquete, invita a
pobres, mancos, cojos y ciegos. 14 Dichoso tú, porque ellos no pueden
pagarte; pero te pagarán cuando resuciten los justos.
COMENTARIO
Contra una invitación interesada Jesús propone una
invitación desinteresada.
El Señor dice: “Cuando des un banquete invita a pobres,
mancos, cojos y ciegos”. Es decir, personas que no puedan devolver la
invitación
En esa época nadie hacía esta clase de invitación, y
hoy tampoco.
¿Qué nos quiere enseñar con esta respuesta?
Si damos “algo” esperando que nos devuelvan el gesto, y si
no lo hacen, nos amargamos, criticamos y nos enojamos con los que pretendemos
ayudar, no es gratuidad. Tampoco es gratuidad, cuando damos “algo” en público,
por ejemplo, un cheque, si bien es cierto va en ayuda de los necesitados;
pero nos pagamos con los honores públicos.
En cambio, si damos “algo”, sin esperar retribución, nos
sentimos contentos, felices, porque hemos entregado “algo” gratuitamente, y en
beneficio de otros.
¿Qué podemos dar a nuestros hermanos necesitados?
Tiempo para escuchar, una ayuda oportuna, visita
a un enfermo, atención al otro, una invitación a una persona que esté
sola, comprensión, etc.
Los cristianos no buscan honor ni privilegios;
al hacer el bien, no buscan recompensa, porque la recompensa
la dará Dios
Marité
No hay comentarios:
Publicar un comentario