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sábado, 28 de abril de 2012

Juan 6,60-69: 28 de abril de 2012


Texto Bíblico:
6 60 Muchos de los discípulos que lo oyeron comentaban: -Este discurso es bien duro: ¿quién podrá escucharlo?
61 Jesús, conociendo por dentro que los discípulos murmuraban, les dijo: -¿Esto los escandaliza? 62 ¿Qué será cuando vean al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes? 63 El Espíritu es el que da vida, la carne no vale nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. 64 Pero hay algunos de ustedes que no creen. Desde el comienzo sabía Jesús quiénes no creían y quién lo iba a traicionar. 65 Y añadió:
-Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede.
66 Desde entonces muchos de sus discípulos lo abandonaron y ya no andaban con él.
67 Así que Jesús dijo a los Doce: -¿También ustedes quieren abandonarme?
68 Simón Pedro le contestó: -Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el Consagrado por Dios.


Comentario:
Como dice el comienzo de este evangelio, este lenguaje es muy duro, ¿Cómo los oyentes de Jesús creerían que el <hijo de José> había venido de Dios?, y ¿cómo nosotros ahora creeremos que necesitamos de la Eucaristía, que es el cuerpo de Cristo? Jesús entonces nos enseña en dos palabras el sentido de su venida: el Hijo de Dios ha bajado a nosotros para luego subir al lugar donde estaba antes. De Dios ha venido el que nos comunica la vida misma de Dios y que nos llevará hasta el seno de Dios.
Entendamos que, si Cristo ha resucitado, el mundo nuestro ha sido renovado. El Hijo de Dios ha subido al lugar donde estaba antes, vestido de su carne transfigurada por el Espíritu. El Hijo de Dios ha subido, vestido de nuestra humanidad; el primero de nuestra raza ha llegado hasta Dios. Cuando el Hijo del Hombre entró a la Gloria de su Padre, llevaba en sus hombros la creación entera que quería renovar y consagrar.
Los oyentes de Jesús no podían comprender el misterio del Hijo de Dios, que quiso humillarse y desprenderse de su gloria divina, llegando a ser hombre y muriendo como un esclavo, para que luego, el Padre lo hiciera subir al lugar donde estaba antes, asimismo a muchos les cuesta creer en la obra divina que sigue entre nosotros.
Anita

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