6 52 Los judíos se pusieron a discutir: -¿Cómo
puede éste darnos de comer [su] carne?
53 Les contestó Jesús: -Les
aseguro que si no comen la carne y beben la sangre del Hijo del Hombre, no
tendrán vida en ustedes. 54 Quien come mi carne y bebe mi sangre
tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. 55 Mi carne
es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 56 Quien come
mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. 57 Como el Padre
que me envió vive y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí. 58
Éste es el pan bajado del cielo y no es como el que comieron sus padres,
y murieron. Quien come este pan vivirá siempre.
59 Esto dijo enseñando en
la sinagoga de Cafarnaún.
Comentario:
Comer su carne y beber
su sangre es una condición, esto es algo sobre lo que debemos pedir luz.
Reflexionar sobre este misterio, aceptar su Palabra y obrar en consecuencia.
Como el Padre ha enviado al Hijo, así él nos envía. Como Él vive por el Padre,
nosotros viviremos por Él. ¿Cuál es su carne y su sangre que habremos de comer
y beber para vivir por Él?
Es hacer Su voluntad,
es oír su Palabra y ponerla en práctica. Es comulgar frecuentemente, pues la
comunión es la forma en la que se nos presenta Jesús como alimento. Sólo si
participamos de ella, solo si comemos Su carne y bebemos Su sangre, viviremos,
pensaremos, hablaremos y actuaremos como Él. Solo así alcanzaremos la
Vida Eterna. Este es uno de los más grandes misterios, pero al mismo
tiempo es el milagro más grande. Jesús se nos da como alimento para
fortalecernos y para darnos vida, la
Vida Verdadera.
¿Cómo podemos
rechazarlo? ¿Cómo podemos permanecer por períodos arbitrariamente prolongados
sin participar de la comunión, sin amenazar nuestra propia subsistencia?
¿Cuánto tiempo podemos permanecer sin comer ni beber?…Un día, dos días, tres…
¿Y cómo es que pretendemos tener Vida por Cristo, si no comemos su cuerpo y
sangre, tal como el nos lo ha ofrecido…, es decir, como alimento?
Anita
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