Páginas

jueves, 3 de mayo de 2012

Juan 3, 13-17: 3 de mayo de 2012


Texto Bíblico:
3 13 Nadie ha subido al cielo si no es el que bajó del cielo: el Hijo del Hombre.
14 Como Moisés en el desierto levantó la serpiente, así ha de ser levantado el Hijo del Hombre, 15 para que quien crea en él tenga vida eterna.
16 Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea en él no muera, sino tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él.


Comentario:
Hoy celebramos la “exaltación del amor” o la exaltación de la cruz”, y en nuestro país, la “cruz de Mayo”. Todos los creyentes nos hemos detenido ante la imagen del Señor crucificado, a rezar o a rogar por nosotros. Pero no debemos quedarnos en su dolor y humillación, sino mirarlo y descubrir el amor inmenso de Dios, que ha querido compartir nuestra vida, sufrimientos y nuestra propia muerte. Lo dice el evangelio de hoy: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que quien crea en él no muera, sino tenga vida eterna”.
Cristo siendo Dios, en la cruz se despojó de si mismo por amor a nosotros. ¿De qué nos podemos despojar nosotros para asemejarnos “un poquito” al Señor crucificado?. A cada uno de nosotros en nuestra vida diaria le tocan una serie de oportunidades para despojarnos de “algo” que nos impide acercarnos al amor de Dios. Despojarse de si mismo es entregar tiempo y amor a los demás, domeñar el orgullo y perdonar, tener fortaleza frente a la enfermedad, los problemas económicos o la muerte de un ser querido, y así día a día ir ofreciendo lo que nos acontece, y nos iremos acercando al amor del Señor crucificado.
Marité

No hay comentarios:

Publicar un comentario