21 20
Pedro se volvió y vio que le seguía el
discípulo amado de Jesús, el que se había apoyado sobre su costado durante la
cena y le había preguntado quién era el traidor.
21
Viéndolo, Pedro pregunta a Jesús:
-Señor,
y de éste, ¿qué?
22
Le responde Jesús:
-Si
quiero que se quede hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme.
23
Así se corrió el rumor entre los discípulos de
que aquel discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: Si
quiero que se quede hasta que yo vuelva [a ti qué]
24
Éste es el discípulo que da testimonio de estas
cosas y lo ha escrito; y nos consta que su testimonio es verdadero.
25
Quedan otras muchas cosas que hizo Jesús. Si quisiéramos
escribirlas una por una, pienso que los libros no cabrían en el mundo.
Comentario:
Ahora que Pedro sabe el final del Camino,
Jesús le llama a comenzar el seguimiento, es la misma invitación que hizo a
Felipe al principio de este evangelio (1,43) Pedro tiene que volver al inicio
del discipulado, donde antes se encontraba Felipe; tiene que ir aprendiendo de
nuevo toda la vida de Jesús, hasta llegar a la cruz , como Él.
En el evangelio de hoy Pedro recibe las
últimas instrucciones para mejorar en ese seguimiento, cuando optamos por
seguir a Jesús no hay vuelta atrás, en el pasado deben quedar las actitudes que
nos hacían superficiales, perezosos, individualistas, faltos de solidaridad e
indiferentes ante las enfermedades del mundo, ahora se debe mirar hacia delante
de la mano con Jesús, para así poder cambiarle el rostro a esta sociedad, por
un rostro donde se identifique el amor, la justicia y la paz.
Jesús no contesta a la pregunta de Pedro,
afirma en primer lugar que el porvenir del otro discípulo depende de él y que
no es cosa que le interese a Pedro, no importa lo que pase con el otro cuando
nos referimos a la salvación, la ruta del seguimiento de cada uno es
independiente, “Yo, no me voy a salvar porque ustedes lo están haciendo bien”
¿Cuántas veces esperamos que el otro cambie, para cambiar yo? Jesús es a quién
tenemos que seguir, no se puede tener otro guía, ni siquiera el más cercano a
Jesús, “Yo soy el camino” no hay más camino que el suyo, lo que Jesús nos
quiere decir hoy “Tu, sígueme a mí”.
Orfa
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