Texto Bíblico:
21 Quien recibe y cumple
mis mandamientos, ése sí que me ama. Y el que me ama será amado por mi Padre, y
yo lo amaré y me manifestaré a él.
22 Le dice Judas -no el
Iscariote-: -Señor, ¿por qué te
vas a manifestar a nosotros y no al mundo?
23 Jesús le contestó: -Si alguien me ama
cumplirá mi palabra, mi Padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en él. 24
Quien no me ama no cumple mis palabras, y la palabra que ustedes oyeron
no es mía, sino del Padre que me envió. 25 Les he dicho esto
mientras estoy con ustedes. 26 El Defensor, el Espíritu Santo que
enviará el Padre en mi nombre, les enseñará todo y les recordará todo lo que
[yo] les he dicho.
Comentario:
Quien ama al hijo es también amado por el
Padre, se establece un círculo de comunión amorosa entre el creyente, Jesús y
el Padre y, por consecuencia lógica, lleva al amor con los hermanos.
Jesús nos manifiesta una enorme verdad, ¡si yo
amo a Jesús, Dios Padre habitará en mi! ¿Entendemos lo que eso significa? Dios
estará en mí, respirará en mí, caminará conmigo, yo seré su morada, ¿A qué nos
lleva eso? A tomar conciencia de que nuestro actuar tiene un testigo y no uno
cualquiera, sino Dios, que se encuentra presente en nosotros, los que de verdad
amamos a Jesús y vivimos sus mandamientos. ¿Qué significa cumplir sus
mandamientos? ¿Será que, si yo no he matado, me desligo? No, cumplir los
mandamientos de Dios significa tener un compromiso permanente con Él. ¡Y aun
hay más!, el Defensor, el Espíritu Santo, esta promesa revela el nuevo modo de
la presencia de Jesús con nosotros. ¿Qué nos está diciendo el texto? Que la
experiencia de Dios radica en la habitación de la comunidad trinitaria, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, habitando en el corazón del discípulo.
¡Señor gracias por amarnos tanto! Permite que
seamos dignos de recibirte. Amén
Orfa
No hay comentarios:
Publicar un comentario