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viernes, 18 de mayo de 2012

Juan 16,5-11 (15-mayo-12)


Texto Bíblico:
16 5 Ahora me vuelvo al que me envió y nadie me pregunta adónde voy.
6 Lo que le he dicho los ha llenado de tristeza; 7 pero les digo la verdad: les conviene que yo me vaya. Si no me voy, no vendrá a ustedes el Defensor, pero si me voy, lo enviaré a ustedes. 8 Cuando él venga, convencerá al mundo de un pecado, de una justicia, y de una sentencia: 9 el pecado, que no han creído en mí; 10 la justicia, que yo voy al Padre y no me verán más; 11 la sentencia, que el príncipe de este mundo ya ha sido condenado.


Comentario:
En este evangelio Jesús señala claramente la obra del Espíritu Santo.
Dice: “Cuando él venga, convencerá al mundo de un pecado, de una justicia, y de una sentencia”.
¿Cuál es el pecado?: El gran pecado es no creer en Jesús. Al no creer en él, el hombre busca otros dioses, puede ser el dios dinero o del poder; puede ser, otro hombre, con ideas religiosas, políticas o sociales, que atraen y esclavizan. Estos falsos dioses nos dividen y nos hacen ser enemigos unos de otros, creando enemistades insalvables, persecuciones, guerras y muerte.
¿Cuál es la justicia?: Jesús con su sacrificio en la cruz, nos abre el camino hacia el Padre. Seguirlo, es el gran acto de justicia que le hacemos al Señor, y así llegaremos junto al Padre, gracias a Jesús. “Con él por él y en él se ha creado la justicia”.
¿Cuál es la sentencia?: Jesús no vino a juzgar, sino a mostrarnos el camino de la salvación. El mal de este mundo ya ha sido condenado, porque ha rechazado el camino que nos propuso el Señor. El hombre que rechaza el camino de la salvación, se condena a si mismo.
Roguemos al Señor que no nos dejemos seducir por las promesas del príncipe de este mundo, que parece resolver nuestros problemas del momento, y definitivamente caemos en la esclavitud del mal.
Marité

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